Cirugía diagnóstica y reproductiva.

Histeroscopia diagnóstica.

Se trata de un procedimiento, que permite la visualización directa del interior de la cavidad uterina y canal cervical, así como los ostiums de las salpinges. Para ello se introduce una pequeña cámara, llamado histeroscopio, cuyo grosor es de sólo 4 milímetros, a través del cuello uterino.

Una de las principales ventajas de este procedimiento es que no solo nos permite diagnosticar sino también tratar algunas de las alteraciones por medio de una Histeroscopia quirúrgica.

No es necesario practicar puntos o suturas ni incisiones en la piel, porque se emplea el orificio natural del cuello del útero. La intervención suele durar entre 15 y 20 minutos y se realiza de forma ambulatoria.

Histeroscopia quirúrgica.
Procedimiento mediante el cual se puede corregir alguna de las alteraciones que se encuentran durante la Histeroscopia como, por ejemplo: tabiques uterinos, miomas subserosos, pólipos endometriales, sinequias uterinas (cicatrices), extracción de cuerpos extraños como DIUs traslocados y toma de biopsias dirigidas.

Para ello se emplea un histeroscopio quirúrgico que permite introducir los instrumentos necesarios para realizar actuaciones operatorias resolutivas.

Laparoscopia.
La laparoscopia es una técnica de cirugía mínimamente invasiva que permite acceder al interior de la cavidad abdominal sin la necesidad de realizar una intervención a cielo abierto.

Este procedimiento se realiza bajo anestesia general y la recuperación es rápida, ya que tan sólo se precisan entre 4-5 horas para recibir el alta. Su utilidad radica en que nos permite la visualización de los órganos genitales internos como el útero, los ovarios y las trompas de Falopio, con lo que es posible valorar los órganos pélvicos y poder detectar endometriosis, adherencias, enfermedad pélvica inflamatoria, alteraciones de la arquitectura pélvica, causas de infertilidad que no se pueden detectar por los estudios convencionales.

Ventajas de la cirugía endoscópica ginecológica.
La recuperación es mejor y más rápida que en la cirugía clásica, ya que las intervenciones son muy breves y el ingreso en el centro médico es de muy breve duración, de modo que la posibilidad de infecciones postoperatorias es menor que en la cirugía convencional.

Se generan, asimismo, menos gastos y puede realizarse en unidades quirúrgicas de pequeño tamaño, por lo que el coste de los procedimientos es menor que si éstos tienen lugar en hospitales o en clínicas de gran tamaño.

Cabe destacar que las técnicas quirúrgicas que se emplean son modernas y cuidadosas, y que los procedimientos anestésicos permiten una rápida recuperación y tienen muy pocos efectos secundarios.