Fecundación In Vitro.

Es la unión del óvulo con el espermatozoide en el laboratorio, con el fin de obtener un embrión para transferir al útero materno. Se trata de un tratamiento de Reproducción Asistida de gran éxito en cuanto a tasa de embarazo se refiere, ya que puede alcanzar tasas de embarazo de hasta un 70%.

Está indicado para parejas en las que haya problemas seminales, alteraciones en las trompas de Falopio, fracasos de tratamientos previos. La mujer deberá seguir un tratamiento de estimulación ovárica controlada y se observará su evolución mediante ecografías para elegir el momento óptimo para la extracción de los óvulos.

Los especialistas valorarán el siguiente paso a seguir dependiendo de la calidad de los espermatozoides.

Método FIV.
Es el método en el cual los ovocitos se incuban con espermatozoides, los cuales han sido capacitados, y se espera la fertilización de una manera natural, esta técnica está indicada en parejas con problemas de obstrucción tubaria, que tengan movilidad espermática adecuada, con fallos de inseminación, o cuando por cuestiones religiosas no desean técnicas más invasivas como el ICSI, ya que los embriólogos solo facilitan el acercamiento de los gametos, pero la fecundación,si ocurre, es natural, ya que es el propio espermatozoide quien tendrá que atravesar las barreras del óvulo para poder fecundarlo.

Para poder aplicar esta técnica, es necesario que la mujer sea capaz de producir óvulos. Además, es necesario que no tenga problemas o anomalías uterinas que impidan la implantación del embrión o la evolución de la gestación. En el caso del hombre, debe tener un mínimo de REM (recuento de espermatozoides móviles) de entre 1 y 3 millones/ml.